Una mala maña

A diez años de “Palacio”.

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Ayer, 16 de abril, se cumplieron diez años desde que salió mi primera novela, PALACIO. Empecé a escribirla poco después de haberme ido de la isla, como una forma de bregar con una fuga que añoraba desde chamaquito pero que una vez se dio, me dejó un poco trastocado. Es una novela de juventud, que hoy siento derivativa, pero que pa’ mi capturó algo de ese primer desplazamiento. Es raro mirarla ahora, desde acá, sabiendo lo que no en ese momento; que el tiempo de la literatura y el tiempo de la experiencia son distintos.

La novela también fue un tributo a un viaje al Japón que hice con un corillo de panas (Juanluis, Samuel, Rubén) meses antes de irme a EEUU y cuya huella está en el libro como cosa; desde la portada, que nació en un collage que Rubén Ramos hizo de impresos encontrados en calles japonesas, a la existencia misma del libro, traída al mundo por AC de Samuel Medina. Tampoco sabía por entonces que el tiempo de la amistad se asemejaba más al de la literatura, que al de la experiencia.